La Sindicatura General de la Nación (Sigen) advirtió al gobierno de Alberto Fernández que varios fondos fiduciarios habían acumulado ingresos superiores a los $ 200.000 millones desde 2020, pero permanecían en una oscuridad regulatoria ya que, entre otros factores de riesgo, nunca habían sido sometidos a auditorías durante su mandato, según un informe oficial que dio a conocer el medio La Nación.
Según el informe, algunos fondos fiduciarios recibieron ingresos significativos, pero no fueron auditados durante la gestión del expresidente Fernández. Estos fondos fiduciarios manejaron grandes sumas de dinero, pero hubo falta de transparencia y rendición de cuentas sobre su uso.
Ese relevamiento abarcó, en total, 80 insumos de información –"productos"– sobre 23 de los 29 de los fondos fiduciarios que, en total, concentraron el 86,75% del dinero que ingresó a los fideicomisos durante 2023 y el 84,95% de los gastos registrados, por cerca de $1,2 billones y $905,7 millones, respectivamente. Otros seis fondos fiduciarios, alertó la Sigen, jamás fueron auditados durante los últimos años. Cuatro se vinculan con la energía, uno de los rubros de subsidios más desafiantes para el Gobierno.
El informe de la Sigen de Alberto Fernández.
La Sigen sugirió varias recomendaciones para abordar las debilidades encontradas en los fondos fiduciarios. Estas incluyen formalizar o actualizar manuales de procedimiento, establecer sistemas de control interno, mejorar la transparencia en la asignación de fondos y desarrollar indicadores para evaluar el impacto de las políticas públicas.
En ese marco, el presidente Milei tomó medidas para abordar los problemas identificados con los fondos fiduciarios. Una de las primeras acciones fue otorgar control sobre los mismos al ministro de Economía, Luis Caputo, a través de un decreto.
La concentración de control sobre los fondos fiduciarios despertó preocupaciones en la oposición, incluidos en sectores afines a los libertarios. Exigen un sistema de control más eficiente y transparente, posiblemente a través de una legislación específica.
El informe reservado de la época de Alberto Fernández, actualizado por el gobierno de Javier Milei.
LAS "DEBILIDADES" QUE DETECTÓ LA SIGEN
-La primera, "falta de formalización y/o actualización de normativa interna": más de la mitad de los fondos fiduciarios no cuentan con manuales operativos y de funcionamiento de sus comités ejecutivos, de administración o dirección y/o de las unidades ejecutoras o, si los tienen, se encuentran desactualizados. Eso lleva a "improvisaciones" y a carecer de "sistemas de información integrales".
-La segunda, "incumplimiento de requisitos y/o procedimientos administrativos para el otorgamiento de fondos", ya sea en la forma de asistencias, subsidios o financiamientos de obras, por ejemplo, sin que haya documentación de respaldo, complicando la "transparencia y trazabilidad" de los recursos del Estado.
-La tercera, "debilidades en los procesos de rendiciones de cuentas y/o registración de información administrativa, contable y/o financiera". En más de la mitad de los informes de auditoría interna y externa analizados, la Sigen detectó observaciones sobre "falta de integridad, claridad y, por lo tanto, confiabilidad de la información", incluyendo limitaciones para individualizar "los movimientos de ingresos y/o recepción de fondos, transferencias, subsidios, incentivos, gastos y/o inversiones vinculadas a la gestión de fondos fiduciarios".
-La cuarta, falencias al analizar el "alcance y/o impacto" de los programas desarrollados y las políticas públicas que se busca promover. Eso lleva, a su vez, que no haya indicadores "que permitan evaluar la eficiencia de la gestión y sirvan como herramienta para la toma de decisiones estratégicas".
-La quinta, debilidades en la gestión de cobranzas. Textual: "Se advierten observaciones relacionadas principalmente con la ausencia de seguimiento respecto de las acciones de recupero de préstamos y/o asistencias otorgadas, ante incumplimientos por parte de los beneficiarios", alertó la Sigen.
-La sexta, "debilidades en los procesos de compras y contrataciones" de algunos fondos fiduciarios, como también "falta de datos respecto de los saldos de libre disponibilidad remanentes, que permitan la planificación de compras en el corto y mediano plazo".
Fuente La Nación
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